Llegó a casa más tarde que de costumbre, cuando la
noche asomaba su oscura presencia al doblar la esquina de la calle. La jornada
en el trabajo había sido algo así como una lucha encarnizada en una batalla que
dejó bastantes secuelas en su estado físico y psicológico. Era una mujer fuerte
y bien posicionada en su empresa, pero un par de meses caóticos la habían
convertido en esclava de su trabajo, relegando su vida personal a un segundo
plano en el que no se sentía del todo cómoda.
Entró en su apartamento y tiró el bolso en el suelo,
se descalzó lanzando cada zapato a una esquina del salón y se dirigió al baño mientras
se desnudaba, dejando la ropa desperdigada por el camino; improvisó una ducha rápida para
volver a la normalidad y confirmar después que, en esa casa oscura y triste, nadie podría
interrumpir sus momentos de ocio al final del día.
Preparó una cena frugal y continuó comiendo con
cierta desgana al mismo tiempo que encendía su ordenador portátil. Había
esperado todo el día para comprobar si ese correo que tanto deseaba aparecería
en su buzón de entrada. Tuvo que beber un buen trago de zumo de naranja al ver
su nombre, resaltado en negrita, en la bandeja de e-mails "no leídos" de su correo
electrónico. El doble clic fue instantáneo. Se concentró en la pantalla y
comenzó a leer:
“Hola!
Disculpa por no
haber podido responder antes a tu correo. Ando a mil. Para ser sincero, tengo
que reconocer que me he sentado un par de veces ante el teclado, pero no era
capaz de escribir nada acerca de lo que me habías solicitado. Siempre es
difícil hablar de uno mismo… Pero hoy me he decidido a hacerlo de una vez. Me
has pedido que te hable de mis gustos, mis preferencias, mis manías… Nos
conocemos solamente de manera virtual y los correos van y vienen en ambas
direcciones. Espero que estas palabras sirvan para que sepas algo más sobre mí.
Son pequeños detalles, banales incluso, pero resumen cierta parte de mi vida
que pocas personas conocen.
Un saludo”
El correo adjuntaba un archivo cuyo nombre no
dejaba lugar a dudas sobre su contenido: “Soy
así.doc” Abrió el documento de texto y sintió que la curiosidad y la
impaciencia perforaban su estómago con una sensación de dolor y nerviosismo:
“Soy ordenado;
extremadamente ordenado incluso. No puedo comenzar el día sin un buen zumo de
naranja natural. No soporto tener sucios los cristales de las gafas y, si estoy en casa, suelo
embadurnarme en agua de colonia de bebé tras ducharme. Mato
por el arroz en cualquier modalidad y por una Coca Cola (sin hielo y sin limón, por favor) pero no acabo de verle la
gracia al café y a la cerveza. Necesito desconectarme del mundo con una pequeña
siesta en el sofá (si se puede…) y cuando veo la tele me gusta que el volumen esté un poco
más alto de lo normal. Duermo de lado pero adoro dormir boca abajo, sin pijama
y con una botella de agua en mi mesilla de noche. Escucho música a todas horas
y especialmente mientras cocino. No tolero el agua muy caliente en la piel ni
los alimentos o bebidas muy calientes en la boca. Suelo estar descalzo cuando
estoy en casa y siempre con la puerta cerrada a cal y canto. Prefiero la cena
al almuerzo y el tren al avión. Disfruto con objetos de decoración multicolores
y no sé vivir sin saber la hora que es a cada instante.
Aprecio un buen
apretón de manos o un abrazo sincero y suelo mirar a los ojos cuando hablo. Me gusta el
olor a canela y a limón, el pan y los yogures de todas las clases; hablo por
los codos y nunca trato de regatear una sonrisa. Comienzo a leer el periódico por la última página, escribo con bolígrafos de punta fina y me sonrojo con facilidad ante situaciones comprometidas. Tengo cierta aprensión a los
espacios cerrados y me asusta la idea de sufrir un accidente de tráfico. No soy
hábil con las manualidades y detesto los juegos de cartas. Intento planificar
mi día a día pero no siempre lo consigo y llevo unas cuantas semanas trastornado por
tus correos y tu maravillosa manera de ver la vida…”
Releyó un par de veces el contenido del archivo y
respiró profundamente. Era casi medianoche y la música que había elegido para
relajarse enmascaraba el sonido de la lluvia y el viento tras las ventanas.
Ahora ya tenía mucho más claro que quería conocer de cerca a aquel hombre al
que hasta ahora no había visto. Y comenzó a escribir, respondiéndole, mientras
imaginaba el lugar ideal para su primera cita cara a cara.
8 comentarios al respecto...:
Genial !!!!!
Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Gracias de nuevo por visitar este lugar. Seguimos en contacto!!
"siempre supe que es mejor
cuando hay que hablar de dos
empezar por uno mismo"
¡¡Muy bueno!!. Me parece dificilísimo describirse a uno mismo.
¿Para cuando la historia del encuentro? ;)
Saludos.
Gracias por tu comentario. La verdad es que esa frase de Shakira viene muy bien en este caso; siempre es más frecuente que hablen de ti que el hecho de que tú mismo te definas. En cualquier caso, para el reencuentro se aceptan sugerencias ;-)
Un saludo!!
Describirse a uno mismo siempre me ha parecido una tarea bastante difícil.
No es de extrañar, que nuestra protagonista quiera conocerlo cuanto antes... ENCANTADOR.
Mi canción para esta entrada:" Just As I Am" de David Nevue.
Un saludo!
Es cierto que siempre es más fácil que los demás cuenten cómo eres; es muy probable que tengan una visión diferente a la que tú crees de ti mismo y no cabe duda de que será más objetiva que la que tú puedas aportar. En cualquier caso, no está de más a veces hacerse un autoanálisis e intentar definir en pocas palabras qué es lo que te gusta y cómo te definirías. Seguro que acabas encontrándote con alguna sorpresa...
Gracias de nuevo. Un saludo
Fantástico, así intentábamos conocer gente hace diez años por aquí; lo cierto es que, a los cinco minutos de haber leído a alguien, o mejor: a los tres, ya sabías si te interesaba o no; desarrollabas un olfato virtual; no me cabe ninguna duda, yo también querría conocer a este hombre!.
Si siente aprensión por los espacios cerrados..., por qué se encierra en casa a cal y canto?.
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