31 de marzo de 2011

CINCO SENTIDOS

El sonido del agua en su descenso vertiginoso río abajo amortiguaba la sinfonía de llantos y sollozos en que se había convertido su existencia en aquella tarde de primavera. Sentado en un banco de piedra a escasos metros de la orilla, trataba de animarse recordando los agradables momentos que habían pasado juntos, precisamente rodeados de aquel maravilloso paisaje, hacía apenas unas semanas. Pero cualquier intento por atajar esas lágrimas que humedecían su mirada era en vano. Se había quedado solo y eso no era fácil de asimilar, ni siquiera para alguien tan optimista y alegre como él.
Pasaron las horas y la tarde languidecía entre nubes y los últimos rayos de un sol que apenas calentaba ya en el rostro. De pronto, se levantó un viento frío y desapacible, que le hizo pensar en que ya iba siendo hora de aterrizar de nuevo en un mundo injusto y cruel. Sin saber cómo, apareció por su lado izquierdo la figura de un hombre, saludó amablemente con un “buenas tardes” y procedió a sentarse en el mismo banco que ya ocupaba él.
Tras unos minutos en silencio compartiendo la incomodidad de la situación, la curiosidad superó al desánimo y, con cierto disimulo y bastante discreción, giró la cabeza para contemplar a la persona que había acabado con su soledad. Era alto y corpulento, con el pelo canoso y la vejez tatuada en cada una de sus facciones. Vestía completamente de negro, con un gran reloj plateado en su muñeca como único dato discordante en su monocromático aspecto. No supo adivinar muy bien el motivo, pero aquel individuo tenía algo de misterioso y a la vez entrañable, como si en realidad lo hubiera conocido hacía muchos años. El extraño compañero de asiento percibió sus indagaciones y, sin levantar la vista del suelo, preguntó con un áspero tono de voz:
                —¿Ha sido un día duro, verdad?
Casi sin darle importancia y de manera inexplicable, decidió responder y no le pareció descabellado entablar una conversación con aquel desconocido tan familiar, que había aparecido de la nada en uno de los momentos más desgraciados de su vida.
    —Bueno, se podría decir que los he tenido mejores…
                 —Es difícil asumir que uno ha perdido a la mujer de su vida…
                 —¿Cómo… cómo sabe usted eso?
                 —Digamos que, en realidad, yo he sido el responsable directo de lo que ha ocurrido
                 —No entiendo… ella ha fallecido por un tumor cerebral
                —Lo sé. He venido desde muy lejos a buscarla, pues hoy era su día. En este negocio no hay prórrogas ni excepciones. Todo está programado de antemano y el momento señalado no se puede modificar…
El Ángel de la Muerte había hecho acto de presencia para arrancarle lo que más quería, su principal motivo de felicidad y de vida. Y no estaba dispuesto a darse por vencido de un modo tan sencillo. Lo miró directamente a los ojos, que en ese momento le parecieron oscuros y fríos; con la boca seca y preso del pánico, las palabras se asomaron al exterior con gran debilidad:
                —Le suplico que me otorgue la posibilidad de poder recuperarla. Nos queda mucho por vivir y ni siquiera hemos disfrutado de un par de años juntos…
El silencio que prosiguió a su ahogada petición hizo más patente el ruido de la corriente de agua al saltar entre las piedras. Tras una mirada a su reloj seguida de un profundo suspiro, el siniestro personaje se puso en pie. Metió ambas manos en los bolsillos de su enorme abrigo negro y de uno de ellos extrajo un pequeño diamante, cuyo intenso brillo iluminó una escena que ya casi se desarrollaba en la oscuridad. Lo colocó en la palma de su mano y, manteniendo un aspecto serio y firme, le dijo:
                 —Lo que estás contemplando en mi mano no es otra cosa que su alma. Se la he arrebatado y me la voy a llevar, salvo que seas capaz de convencerme dándome una razón por la que aferrarse a la vida y disfrutar plenamente de ella.
Todo había cambiado a su alrededor; ya no se escuchaba el gorgoteo del agua y el frío había desaparecido, transformándose en un intenso calor que le quemaba hasta la garganta. Tuvo fuerzas para levantarse mientras su mente le daba vueltas a la respuesta a tan decisiva cuestión. No pasó mucho tiempo hasta que se decidió a hablar:
                —No estoy seguro de cuál es el sentido de la vida ni por qué motivo nos encontramos aquí. De lo que sí estoy convencido es que la vida se disfruta con los cinco sentidos y todos ellos, sumados, me dan la fuerza suficiente como para seguir hasta el final. Debido a esto, te daré no una, sino cinco razones para convencerte de que sí vale la pena vivir mi vida y, de paso, recuperar la de mi gran amor: La primera, el olfato, para poder deleitarme cuando, de pequeño, volvía del colegio a mi casa y mi madre había preparado esa tarta de manzana y canela que perforaba mi cerebro con su olor dulzón y suave. De mi madre también recuerdo perfectamente su olor, a polvos de talco y agua de rosas, cuando me abrazaba con el cariño y ternura que tan sólo alguien con ese vínculo te puede ofrecer. La segunda, la vista; el número de paisajes sinfín que podría enumerar, pero hay uno con el que me quedo sin ninguna duda: la primera vez que contemplé el mar desde aquella playa de arena blanca, con su inmensidad y su mezcla de colores, con su misterio y capacidad de asombro; ese mar sin el que no supe enfocar mi vida desde entonces. La tercera, el gusto y el sabor del primer beso; ese beso único e inolvidable, juntando por primera vez tus labios con los de otra persona sin tener en cuenta qué es lo que sucederá en los siguientes mil años de tu existencia, pues en ese momento tu cuerpo desaparece y flota en un océano de despreocupación. La cuarta, el tacto de mi piel rozando la piel y el cuerpo entrelazado de mi amante y compañera, mientras sus brazos rodean mi cuello y sus labios susurran dos palabras que rozan mi oreja para acabar cayendo en lo más profundo de mi alma. Y por último, pero no por ello menos importante, el oído: el sonido del llanto de mi bebé, esa criaturita que todavía no ha nacido y que te llevarás también a ese lugar tan lejano si no consigo persuadirte, pues como ya habrás deducido, ella estaba embarazada de pocas semanas en el momento en el que llegaste para tu única visita. Todas estas razones me bastan para continuar la lucha en este mundo en el que ya no deseo viajar si ella se apea. Pero por si acaso no ha sido suficiente, recuerda: uno es lo que ama, no lo que le aman…
Se sintió mareado y sus piernas comenzaron a flaquear. Tras unos segundos constató que todo daba vueltas y su vista era una simple imagen borrosa de la realidad. Cerró los ojos para contrarrestar el vértigo y sintió cómo su cuerpo caía en un extraño vacío ausente de gravedad.
Cuando, aturdido, abrió los ojos de nuevo, se encontraba en aquella playa. El calor del sol era soportable gracias a una leve brisa marina que levantaba remolinos en la blanca arena que lo rodeaba. Sintió una mano cálida sobre su hombro y, dándose la vuelta, escuchó una voz familiar que elevó sus niveles de adrenalina hasta el borde del infarto: “Mi amor, vamos a un lugar un poco más protegido; no creo que en mi estado sea muy conveniente tomar el sol tantas horas…” No pudo más que admirar su belleza y reparar en el diamante que, orgulloso y solitario, descansaba colgado en su cuello.  




   
                      

26 de marzo de 2011

PIANO A CUATRO MANOS

Brillante dúo el que nos ofrece al piano Chico y Harpo, componentes de los famosos Hermanos Marx. El núcleo del grupo fueron los tres hermanos mayores, Chico, Harpo y Groucho; cada uno intepretaba a un tipo de personaje. Los dos hermanos más jóvenes, Gummo y Zeppo, no desarrollaron sus personajes de la misma manera y finalmente abandonarían la actuación para ejercer otros oficios. Gummo no participó en ninguna de las películas, y Zeppo solo apareció en las cinco primeras. Los cinco hermanos nunca aparecieron juntos en un escenario.
Este fragmento pertenece a la película "Tienda de locos" (The Big Store, 1941) y puede ser muy útil para levantar el ánimo tras un día de esos en los que (casi) todo nos sale mal. Como dice en una de sus citas Groucho Marx: "Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…"

COCA COLA PARA HOMER

Lo han hecho! Han fusionado en el anuncio dos cosas que me gustan de verdad: por un lado, la bebida de la que no puedo prescindir (hay adicciones y adicciones...) y por otro, esos seres amarillos con Homer de abanderado. El resultado es simple (no es, desde luego, de los mejores anuncios que haya visto de la marca) pero la mezcla ha merecido una entrada en este blog cocacolero y simpsoniano


25 de marzo de 2011

COMPLICADO

Todavía no he llegado a entender su manera de actuar y de pensar, pero en mi mundo masculino "mononeuronal" y simple, a veces se me hace complicado descifrar lo que realmente quiere decirme (o no decirme, o insinuarme...) e imagino que el funcionamiento de su cerebro será para mí similar a la imagen de arriba. A pesar de todo, no podría vivir sin ella y su manera de mirarme cuando se resigna y se da cuenta de que Pocoyo, a mi lado, es un adulto sensato y consecuente. Paciencia...

FRACASO RELATIVO

El ser humano es cruel e intolerante consigo mismo. En general, la paciencia y la empatía no son características que abunden entre nosotros. Este video me demuestra que no debería ser así y reafirma mi pensamiento de "si te caes, levántate y vuelve a intentarlo" Cuando Thomas Alva Edison (1847-1931) inventó la bombilla, no le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, hasta el punto de que uno de los discípulos que colaboraba con él en el taller le preguntó si no se desanimaba ante tantos fracasos. Y aquí entra la cuestión de la percepción del error, porque Edison respondió: "¿Fracasos? No sé de qué me hablas. En cada descubrimiento me enteré de un motivo por el cual una bombilla no funcionaba. Ahora ya sé mil maneras de no hacer una bombilla".

20 de marzo de 2011

UN PEQUEÑO PROBLEMA

A mi mujer no le gusta que le fastidie sus estrategias, pero esta vez no será como las anteriores. Quisiera creerla, pero ya nada es lo mismo desde que utiliza esa excusa tan poco convincente: “volveré tarde; he quedado con unas amigas para ir de compras…” Es una buena ocasión para derribar su ego y minimizar su arrogancia. Me plantaré delante y, tras su mirada de asombro e incredulidad, le diré con voz pausada: “No te imaginas lo que me duele el constatar que te avergüenzas de mi desde que tuvimos el accidente…” Hasta sería capaz de darme la vuelta y volver caminando. El problema es la silla de ruedas... 

19 de marzo de 2011

LA CALLE ES NUESTRA!!

 

La imaginación y el talento no tienen límites. Tan sencillo como contemplar el mundo que nos rodea y decidirse a arrancar una sonrisa al resto de la gente que lo habita, cosa tan difícil en estos tiempos que corren. 

ESOS FUNCIONARIOS...



Que levante la mano aquella persona a la que no le haya ocurrido algo similar cuando entra en ese oscuro mundo de los edificios administrativos y "cosas del Estado". Siempre se te olvida rellenar algún documento o tener esa fotocopia ab-so-lu-ta-men-te necesaria para continuar en la lucha por alcanzar tu objetivo. Si no lo (o la) tienes, sucede como en el juego de la oca: a volver a la casilla de salida... y ni se te ocurra protestar, que te pasarás tres o cuatro turnos sin jugar...

JAPÓN SE HA ROTO



Mi humilde homenaje en recuerdo de Japón y los japoneses, en estos días post-tsunami llenos de incertidumbre y nubes radiactivas, con este video logradísimo de una marca de cerveza. No sé qué hubiera pasado si la lotería del destino hubiera hecho que este devastador terremoto hubiese azotado cualquier otro país, pero estoy seguro de que las consecuencias se multiplicarían, al menos, por diez. Vendrán meses (o incluso años) muy duros para la economía japonesa, pero no nos olvidemos de que este país salió adelante tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki de la II Guerra Mundial. Cuando la furia de la naturaleza golpea una región, somos más conscientes si cabe de la debilidad y fugacidad del ser humano, pero también surge la solidaridad, el carácter y la determinación para reconstruir un paisaje desolado y conseguir que la vida vuelva a abrirse paso entre barro, ruinas y cadáveres. Y de esto, los japoneses saben mucho


   

16 de marzo de 2011

DESDE MI TELÉFONO


Un tiempo inisual para Canarias en estos últimos días de frío y nieve (muy raro si no subes al Teide) pero que no impide captar a veces preciosas imágenes, como ese arco iris intentando competir con la curvatura del Auditorio de Tenerife, o esos rayos de sol abriéndose paso a duras penas entre las nubes de las cumbres de Güímar. Y todo al alcance de un simple clic con el móvil a mano. Para recordar

ORIGINAL MOZART

Sí, es cierto... Hay gente que tiene muuuuucho tiempo libre y muuuuucha imaginación. Pero el trabajo y la destreza que se observa en este video merece un premio. Para flipar llenando todas las botellitas y conseguir una representación del primer movimiento de la Sinfonía nº 40 de W. A. Mozart. No tengo palabras... 


HASTA HOY

“Te llamo desde la estación de tren. Tengo un poco de prisa y no sé cuánto tiempo podré hablar con estas monedas que me quedaban en el bolsillo, pero como no estás en casa, no voy a tener otra oportunidad para decirte esto...”
La voz sonaba metálica y distante saliendo del contestador automático del apartamento que Carlos y María llevaban compartiendo desde hacía un par de años. Esa tarde, al volver de su trabajo en la asesoría fiscal, encontró la casa desordenada y oscura, con esa sensación de premura que proporcionan las horas previas al inicio de un largo viaje, cuando la maleta aún está por llenar y siempre tienes la sensación de que te olvidas algo. Extrañado por la ausencia de su compañera de piso, encendió un cigarrillo y advirtió la parpadeante lucecita roja que avisaba de la presencia de mensajes en el buzón telefónico. Se sentó en el sillón y descolgó el auricular.
“...Me resulta un poco difícil comenzar a hablarte desde esta cabina, pero llevo un par de días pensando en lo que te iba a decir y no voy a echarme atrás ahora. Hubo alguien que dijo un día que, al final, la vida y el paso del tiempo pone a cada uno en su sitio, en el lugar en el que finalmente debería estar, rodeado de las personas y las circunstancias que se merece. Pienso que tenía razón, porque siento que, aunque no sea exactamente el final tu vida, ésta te ha puesto en el sitio que te mereces. O eso creo. Trato de ser objetiva, pero no puedes pedir imparcialidad cuando se trata de tu propia existencia; sería como intentar matarse uno mismo aguantando la respiración. Imposible. De todos modos, no hace falta ser muy listo para descubrir que desde hace algún tiempo, tú y yo ya no estamos hechos el uno para el otro. Es verdad, tuvimos una época en la que sabías que cada día que faltabas en mi vida, la tristeza y el aburrimiento me iban ganando terreno; que eras consciente de que se me hacía difícil respirar el aire que no contenía tu olor; que las noches sin un beso de tus labios eran lo más parecido a un desierto en el medio de la nada; que podría estar contemplándote el tiempo que fuera necesario, solo para convencerme de que ése no era el mejor de mis sueños. Pero también aparecieron noches en las que soñaba que estabas abrazado a mi y yo a ti, compartiendo un mismo cuerpo y una misma mente... y de nuevo te esperaba en vano, suplicando que volvieses pronto a mi lado y me asegurases que no volvería a suceder. Por eso, hoy quiero que sepas que nunca he querido a nadie como a ti, pero sí espero superar esa barrera con el tiempo, porque me he enamorado de otra persona que tiene la fuerza suficiente para obligarme a seguir perteneciendo a este mundo que domina, sabiendo que para él soy algo más que un cero a la izquierda y que cada día del resto de mi vida estará dispuesto a permitir que le ofrezca todo mi amor. Cuídate mucho.”
Dejó el teléfono descolgado nada más oír el pitido del final del mensaje. Sus ojos se quedaron adheridos a la fotografía que tantas y tantas veces había ignorado. Abrumado por la intensidad de la mirada de aquella belleza de ojos azules, apretó entre sus manos el paquete de tabaco que aún sostenía, bajó la cabeza y comenzó a llorar amargamente.

PASTILLAS CONTRA EL DOLOR AJENO - MSF

En el primer mundo, si te duele algo hay pastillas para mitigar casi cualquier dolor. Pero... ¿qué pasa si lo que te duele es el dolor ajeno, el dolor de los que no tienen pastillas para curar su sufrimiento?
Las pastillas contra el dolor ajeno son indicadas para el tratamiento sintomático de dolor ajeno de intensidad alta, leve o moderada. El principio activo de las pastillas contra el dolor ajeno es el amor. Este principio es parte de un gesto humanitario que actúa directamente en las zonas más necesitadas y su fin es ayudar a aquellos que lo necesitan.

13 de marzo de 2011

RIO

Precioso tráiler de la nueva película de Blue Sky Studios y 20th Century Fox Animation, creadores de Ice Age, titulada RIO. Es la historia de Blu, un guacamayo azul que descubrirá un nuevo mundo a su llegada a Rio de Janeiro. Como señala uno de los comentarios del video en Youtube: "o mais engraçado foi as aves sambando"
Espero que disfrutéis con las imágenes y con la música (gracias de nuevo, M. A.)

10 de marzo de 2011

TARDE O TEMPRANO...

Con este amargor tan extraño en la boca, me despedí de sus labios. Sabía que iba a ser el último capítulo de un libro del que siempre había sospechado el final.... Cansado de su mirada huidiza y de sus besos amañados. Cansado de leer mi soledad en las páginas en blanco de las paredes de un hogar que ni siquiera me pertenecía. Tras una intensa semana en la que mi corazón necesitó un paracaídas en más de una ocasión, se acercó sin previo aviso y, acariciando mis labios con el susurro de su voz, me dijo adiós mientras resbalaba una lágrima por su mejilla. 
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