27 de septiembre de 2011

EL REGALO



El día había sido agotador. No era precisamente la jornada que hubiera deseado para celebrar su cumpleaños, pero las circunstancias y el destino habían decidido por ella. Tras abrir la puerta del estudio y dejarse caer a duras penas sobre el sofá, reparó en el paquete y el sobre situados encima de la mesa del comedor. Con una mezcla de curiosidad y misterio abrió la carta que contenía su nombre escrito a mano y necesitó volver a sentarse para leer su contenido:

“Imagino que te habrás sorprendido al ver este regalo aquí. Su única intención es hacerte ver que aunque no lo parezca, sigues estando presente en una parte de mi corazoncito y el otro día me acordé de que el domingo era tu cumple. No podía quedarme de brazos cruzados y, como dicen que el deseo es la iniciativa para hacer cosas que quizá nunca haríamos, me vino a la memoria este libro. He disfrutado mucho leyéndolo, a veces a carcajadas… pero me he dado cuenta de que en muchas de las páginas rememoro anécdotas y situaciones alegres que nos han hecho partirnos de risa. Por supuesto, alguna de sus protagonistas me recuerda a ti y a tu modo espontáneo y jovial de enfocar esta vida que nos ha tocado vivir...
Espero que no lo hayas leído aún (aunque lo dudo, conociendo tu gran afición a la lectura) pero si así fuera quisiera que lo guardes y lo tengas como recuerdo para que, si alguna vez te apetece retomarlo, recuerdes que hubo alguien que se lo pasó rematadamente bien leyéndolo y teniendo en su mente a alguien tan fantástico como tú.
Feliz cumpleaños para la mejor sonrisa que he conocido”

Cerró los ojos y se recostó apoyando los pies sobre la mesa; a pesar del ajetreado y tormentoso fin de semana que había soportado, se convenció de que ésta sí era una buena manera de terminar el día. El día de su cumpleaños… y el día en el que alguien muy especial recordó esa fecha y se preocupó de que la misma siguiera teniendo significado para ambos, a pesar de la distancia física que ahora les separaba.
Apresurada, rompió el papel de regalo para encontrar un libro que hacía tiempo que llevaba buscando, pero que se resistía a aparecer. En la primera página, escrita con rotulador rojo y rematada con esa firma inconfundible, resaltaba una dedicatoria que para ella resultó el mejor regalo en un día que, de repente, había adquirido toda la magia que su autoestima necesitaba:   

“Nada ocurre por casualidad. Todo lo que pasa tiene un porqué. Tal vez tu cerebro no lo sepa; puede que jamás lo imagine. Pero tu corazón lo sabe. Tu corazón siempre lo sabe” 

2 comentarios al respecto...:

Unknown dijo...

Creo que a quien más y a quien menos le ha sucedido lo mismo que a la protagonista de este relato.

Todos solemos tener un mal día o una mala temporada de vez en cuando bien sea en el trabajo o en la vida cotidiana.

Yo por ejemplo, no llevo nada bien el cambio de estación de Verano a Otoño, además con el cambio horario... Bufff!! Afecta a mi estado físico y de amino "que no veas".

En fin, lo dicho, todos tenemos nuestros "altibajos".

Peeero a veces, sin que te lo esperes hay algo o alguien que hace que de repente todo cambie.

Que se acuerden de tu "cumple" como sucede en este caso y acierten de pleno en ese detalle que te han regalado, que te envíen una canción o una carta por E-mail que te alegre y anime el día, que te surja un buen plan sin contar y que consiga "descolocar" esa monotonía que a veces nos envuelve...

Es por eso que creo que los pequeños detalles( esos que se comparten con quien te rodea) son los que hacen que la vida de uno adquiera ese cariz de calidad que hace que nos sintamos más vivos y en definitiva, que sepamos que es "LA FELICIDAD".

Mi cancion para este relato: "Felicity" de Isaac Shepard.

www.youtube.com/watch?v=FlJS5zZvPT4



MIGUEL DÍAZ dijo...

Completamente de acuerdo con tus apreciaciones. Qué sería de la vida si no fuera por esos pequeños detalles que llenan de magia un día cualquiera, sorprendiéndote con algo inesperado, sea lo que sea.
A veces la diferencia radica en esas cosas: algo tan simple como un mensaje de ánimo en momentos de "bajón" emocional, ese regalo que solamente alguien que te conoce sabe que te hará especial ilusión... Pequeñas cosas, como bien dices, que hacen aflorar pequeños momentos de felicidad que nos sirven para ver la vida de otra manera, aunque sea de manera transitoria.

Gracias por el comentario, la música y la visita. como siempre, un placer.

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