"No, no me hagas esto, por favor... No te vayas ahora" Su voz sonaba entrecortada y lejana, desde el fondo del pasillo del hotel que habían elegido para recuperar todo el tiempo perdido durante aquellos aburridos años. En la habitación 732 la pasión y el deseo rebosaban todavía por ambos lados de la cama, testigo mudo de aquella batalla de emociones incontroladas y secretos a voces. Pero ella, para su sorpresa, ya había tomado una decisión al respecto. Pulsó el botón de llamada del ascensor, respiró hondo y recogió su pequeña maleta. Con las lágrimas contenidas y el corazón tratando de salirse del pecho, tuvo apenas fuerzas para mirarle bajo esa luz tan tenue y le dijo: "Debo irme; mi apuesta es demasiado elevada para perderlo todo en una sola mano... Y contigo mi partida estaba ya perdida desde el principio"
El timbre anunció la llegada del ascensor y para él fue como si hubieran convocado el fin del mundo. La vio desaparecer tras su puerta, tan bella y sensual como nunca y tuvo la sensación de que, a pesar de lo categórico de la afirmación, no sería la última vez que iban a estar juntos.
3 comentarios al respecto...:
Precioso, como siempre.
Sonia
¿Realmente volverán a verse? Yo apostaría a que no.
Como ella dice: "Mi apuesta es demasiado elevada para perderlo todo en una sola mano..."
A veces (a pesar de que uno desee lo contrario) una afirmación categórica es sólo eso, algo que va a suceder inevitablemente.
Mi canción para este relato: "Broken Hearts" de Linwood Bell.
www.youtube.com/watch?v=g8Sns0A4pOo
Pues yo quiero ser un poco más optimista (o quizás ingenuo...) y pensar que sí se van a volver a encontrar: la pasión los volverá a arrastrar hasta un nuevo encuentro.
Gracias por tu comentario, Lino. Saludos
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