10 de marzo de 2012

SIN PALABRAS


En silencio. Así se me quedé esta tarde cuando, armada con tus mejores reproches y lanzando ráfagas de excusas, me comentaste que ya no podías más. Que ibas a derogar las leyes del cariño y a finiquitar nuestra tregua de convivencia, exigiéndome que me fuera de casa porque ya no disponías de más lágrimas para humedecer esos ojos. Con un par de narices, escarbando en mis miedos y empleando frases que se clavaban en mi orgullo como dagas afiladas; contundente, huraña, sin doblegarte a mi solicitud de clemencia ante la avalancha de odio que sepultaba cualquier atisbo de esperanza.
Un silencio apagado, espeso, cobarde. Con una mirada delatora, perdida entre las manchas de la alfombra, manteniendo la barbilla atada al pecho. Y pensando que, después de analizar tus motivos y de sintetizar tus razones, no tengo dos narices para contestarte en tres palabras lo que me llevaría un segundo afirmar, que no es otra cosa que “todavía te quiero”.
Te has ido, dejando tras de ti el sonido agresivo de un portazo que ha hecho tambalear los cimientos de mi vida sentimental. Y aquí estoy, con un palmo de narices, bebiendo mi soledad a la espera de que vuelvas… intentando averiguar si tendré narices para romper mi silencio y seguir a tu lado.      

2 comentarios al respecto...:

Unknown dijo...

Yo le diría a nuestro protagonista:

No lo dudes, échale narices y dile lo que sientes. Demuestrate a ti mismo que tienes valor para luchar por su AMOR, que no quieres "beber tu soledad".

Es mejor luchar y perder sabiendo que lo has intentado, que dejarlo pasar y quedarte con la duda de lo que hubiera pasado.

Creo que lo peor de las rupturas sentimentales es lo solo que te sientes después de que se han ido.

Por eso mi canción para este relato se titula: "Lost Song" de Ólafur Arnalds"


www.youtube.com/watch?v=YIpIzQEbhgM



Un saludo.

MIGUEL DÍAZ dijo...

Una ruptura sentimental es una catástrofe, la mayoría de las veces, que trastoca el mundo en el que vives y crea dudas y deja secuelas durante mucho tiempo... sobre todo si es a ti a quien han dejado. Estoy contigo en que lo peor es esa sensación de soledad que te acompaña, creyendo que no podrás despegártela del alma durante mucho tiempo. Por fortuna, después de la tempestad viene la calma y la experiencia nos ayuda a aprender de los errores y tratar de hacerlo mejor día a día.

Gracias por el comentario y la canción. Habrá que echarle narices, pues, y decirle lo que siente...

Un abrazo!

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