Despierto sobresaltado en medio del silencio y la oscuridad de la
noche. La habitación está fría y se puede respirar la calma que se ha adueñado
de la casa. Todavía desorientado, extiendo mis brazos hacia tu cuerpo dormido,
palpando temeroso y preocupado por no precipitarme al vacío central que separa
nuestros dos lados de la cama. Un barranco cortado con el cuchillo de tus
desprecios y erosionado por los años de convivencia, con límites escarpados y
con un fondo invisible que se pierde bajo el colchón.
Sigues ahí, respirando profundamente, transportada por el sueño a otro
lugar y quizás a otros brazos. Y apoyo mi mano sobre tu espalda, simplemente
para comprobar que no te has ido. Respiro hondo, me relajo en esa negrura con
los ojos abiertos y trato de recuperar el sueño y la calma, intentando no pensar
en que un día extenderé mis manos y chocaré con el vacío y el sabor del
abandono.
Mis párpados se niegan a cerrarse de nuevo; con el sonido de mi corazón
de fondo, recuerdo tiempos pasados en los que, a pesar de esa brecha vertical y
virtual que dividía nuestro horizontal descanso, te acercabas en mitad de la
madrugada, buscando sin querer un poco de calor bajo las sábanas. Meses después,
ante la misma acción, el contacto de mi cuerpo con el tuyo te sorprendía y espantaba
tu tranquilidad. Entonces reculabas hacia tu territorio, brusca pero sigilosa,
con el temor de haberme despertado arañando tu orgullo. Yo me daba cuenta, pero
fingía bucear en las profundidades del océano de mi inconsciencia. Y esa
brecha, ese abismo entre tu lado y el mío de la cama, se ha ido haciendo cada
vez más intenso.
Esta noche dejaré a un lado mi vértigo y me asomaré, tratando de
conquistar un puente a tu cariño. Quisiera creer que dejarás encendida la luz
de tus ojos para que no me pierda entre la niebla de mi indecisión. Y encontrarte,
para volver a dormir toda la noche abrazado a ti.
2 comentarios al respecto...:
Asómate, quien sabe... Quizás esa brecha se haya unido sin que lo sepas con ese puente que tu deseas conquistar.
Abrázala, quien sabe... Quizás la habitación fría en la que te encuentras pueda recuperar la temperatura de un "caluroso mes de Junio"...
Mi canción para este relato: "Flaming June (Orchestral Version)" de Lowland.
https://www.youtube.com/watch?v=P7HIaO-hwI0
Te haré caso y me asomaré, aprovechando la oscuridad y el silencio de la noche. Así será más fácil...
Gracias. La canción es fantástica!!
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