10 de marzo de 2011

TARDE O TEMPRANO...

Con este amargor tan extraño en la boca, me despedí de sus labios. Sabía que iba a ser el último capítulo de un libro del que siempre había sospechado el final.... Cansado de su mirada huidiza y de sus besos amañados. Cansado de leer mi soledad en las páginas en blanco de las paredes de un hogar que ni siquiera me pertenecía. Tras una intensa semana en la que mi corazón necesitó un paracaídas en más de una ocasión, se acercó sin previo aviso y, acariciando mis labios con el susurro de su voz, me dijo adiós mientras resbalaba una lágrima por su mejilla. 

2 comentarios al respecto...:

Anónimo dijo...

Amarga pero inevitable despedida esa que llega después de haber dado lo mejor de ti, de haberte vaciado por haber querido a esa persona, por haber soñado con imposibles, por haberte, incluso, negado a ti misma, por haber creído que su felicidad era la tuya.... y lo único que te queda es lo que claramente dice este relato: Cansancio.

"Devuélveme el amor que me arrebataste,
o entrégaselo, lo mismo me da, al abajo firmante,
pues no hay en este mundo,
-aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir,
lo que aquí te pido. Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti."

MIGUEL DÍAZ dijo...

Precioso. "...Yo tampoco me explico, por qué no acudí antes a ti. Pero nadie puede salvarme, nadie sabe lo que
sabes, y tampoco entregarían lo que vale mi rescate..."
Gracias por tu comentario. Me ha encantado, seas quien seas ;-)

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