3 de abril de 2013

CALUMNIAS


Se resistía a reconocerlo, pero no tuvo más remedio que aceptar lo que ya era un hecho: la evidencia había conseguido por fin vencer esa guerra, tras varias batallas encarnizadas enfrentada a las mentiras y el auto-engaño. Al final, la tinta que corría por sus venas se había estancado, paralizada ante la difícil controversia de tener que reflejar una falsedad que pesaba más que su propia existencia. Cansado de sonreír hipocresías y de soportar jornadas llenas de fingimiento, empequeñecido ante el avasallador reflejo de su propia frustración, había decidido poner fin a ese conjunto de sentimientos que se disfrazaban bajo el nombre del amor y el apellido de la pasión.

No habría más escritos ni novelas; no saldría de su mente ninguna otra historia sentimental, se acabarían las palabras sedosas y las frases conmovedoras. No podía escribir acerca de algo tan lejano e intangible en esos momentos para él; hacerlo suponía perpetuar una farsa, falsificando párrafos llenos de calumnias que manchaban las páginas con su cinismo. Aunque, bien pensado, se había ganado la vida así durante muchos años, relatando vivencias, inventando personajes y plasmando situaciones, no siempre basadas en la realidad ni en su experiencia. Para ser sincero, en eso consistía de alguna manera escribir: hacer que los lectores se creyesen lo que está sobre el papel, interpretándolo a su modo y disfrutando del contenido, aunque éste no tenga nada que ver con la realidad ni con la vida del que lo escribe. Pero ahora ya no era capaz de continuar; no en esa situación tan precaria, cuando el propio amor lo había abandonado y el romanticismo agonizaba víctima del egoísmo y la desconfianza.

Quiso escribir un breve cuento a modo de despedida; un texto lleno de resentimiento, unas cuantas hojas que sirvieran para vaciar su rabia y volcar todo su rencor ante una situación que era demasiado dolorosa como para no repercutir en sus palabras. Ni siquiera fue capaz de obtener dos líneas; su mente se había bloqueado y el papel, tras media hora de esfuerzo, seguía tan blanco como al principio. Algo muy significativo cuando incluso el desamor no era capaz de inspirar un relato…

Resignado ante su evidente carencia intelectual salió a la calle para refrescar su enojo. Caminó calle arriba, con la esperanza de volver a casa desprendido de la angustia que suponía asumir el final de un ciclo, o al menos aceptar la posibilidad de enfocar sus pasos en una dirección inédita. Sentado a la mesa de una cafetería, tras una sosegada reflexión, pidió permiso al camarero para echarle un vistazo al periódico del día. Revisó brevemente la portada y se dirigió sin más a la sección de ofertas de empleo. La decisión estaba ya tomada. 

6 comentarios al respecto...:

carmengarciagomez dijo...

este es un dia muy imperfecto,no pueden haber dias asi ,me resisto,debe ser el cambio de hora.

MIGUEL DÍAZ dijo...

Te aseguro que el cambio de hora me ha destrozado el equilibrio tan frágil que trato de mantener entre sueño y vigilia.
Desgraciadamente para nuestro protagonista, días así también existen... y son muy complicados de afrontar. La realidad es siempre más dura e inapelable que la ficción.
De todas formas, estoy seguro de que vendrán días mejores...
Gracias de nuevo por tu comentario, Carmen.
Un saludo!

Unknown dijo...

Entiendo que a veces te enfrentas a una encrucijada difícil de manejar y sin fuerzas para decidir. A veces parece que vivir en el "desamor" es más fácil porque es a lo que uno está acostumbrado y aplicamos aquello de "más vale malo conocido....que después venga la calma", pero pegar ese salto hacia lo desconocido a veces nos lleva a un camino mucho mejor, más gratificante, más enriquecedor y más maravilloso. Ese paso cuesta darlo pero después, cuando vemos las cosas desde la distancia nos decimos: ¿Y por qué no lo habré hecho antes?.... pero es mejor no forzar las cosas y dejarnos llevar hacia donde el corazón nos guíe y parece que al prota le ha llegado su momento. ¡¡¡SUERTE!!!.

Joé, que me hace imaginar mil cosas estos relatos, después voy rumiando en el coche, jajajaja.

Un beso. Gracias por hacerme soñar con tus relatos.. por "tu puesto", ni que decir tiene que siempre me imagino un futuro mejor, más feliz y con una vida plena y maravillosa. Si es que yo siempre lo digo: Lo mejor está a la vuelta de la esquina.

MUACCCCCCCCCCCC

MIGUEL DÍAZ dijo...

De nuevo me ha conquistado tu visión tan optimista de la vida y la esperanza de que el futuro siempre va a ser mejor. En realidad, he querido reflejar lo mucho que puede afectar tu estado de ánimo a la hora de escribir alguna cosa (a mí, desde luego, me ocurre) y cómo se pierde la objetividad cuando te encuentras bajo los efectos demoledores de una ruptura o una decepción en el plano sentimental. En cualquier caso, yo también creo que a veces es necesario "pegar el salto" con la confianza y el anhelo de encontrarse con algo mejor a la vuelta de la esquina.

Me alegro muchísimo de que mis relatos desencadenen esa imaginación y esos sentimientos en tu mente. Es el mejor halago que se le puede hacer a un aspirante a escritor como yo...

Besos!

Unknown dijo...

Pedro Sin dijo : "La peor consecuencia de un desamor no es perder a la persona amada, sino pensar que ya no seremos capaces de encontrar a alguien que nos haga feliz".

Es por eso, que yo le digo a nuestro protagonista, que no decaiga en su empeño, que siga escribiendo, que después de un tiempo los sentimientos se viven y afrontan de otra manera, es más; posiblemente le ayuden para inspirarse en sus nuevas novelas y escritos y quien sabe...¿Incluso acompañado de alguien que lo haga feliz de nuevo...?

Mi canción para este relato es:
"Piano Solo" de Brian Crain.

http://www.youtube.com/watch?v=6B0UL7_ihrs

Un saludo :)

MIGUEL DÍAZ dijo...

Me ha gustado la frase con la que inicias este comentario, porque tiene mucho de cierto eso de pasar por una fase en la que ves todo de manera negativa y crees que nunca vas a volver a disfrutar del amor, tal y como lo habías hecho con esa persona que ahora se ha ido.

Pero al final de la tormenta llega la calma y siempre vuelve a salir el sol, con lo que habrá que esperar a que sus rayos calienten de nuevo el corazón de nuestro protagonista.

Gracias y un saludo!

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